EDITORIAL SEGUNDO NÚMERO
En primer lugar, agradecemos la participación de quienes leyeron "El Espejo" 1, y quienes nos enviaron un pensamiento para compartir. Los trabajos en este número 2 son una selección de los recibidos y preparados por el taller literario, sin embargo tenemos un largo y provechoso camino por delante, buscando dar identidad o reflejo al pensamiento de Esta región. Nos han dicho acerca de ésto, que si queremos identificar a la región por qué no publicamos y analizamos autores regionales.
Creemos que así lo hacemos, ¿no es un trabajo de aquí el que nuestros lectores y participantes, así como los jóvenes integrantes del taller se expresen? que importancia real entonces tendrá, si el debate es un tema expuesto por Ernesto Sábato bonaerense.
Walt Witman estaudonidense, López Clarosantafesino o Confusio oriental?
Comprendemos que lo que identifica a un pueblo es lo que subyace aún a todas las formas de culturas, de allí que la cultura en sí es un producto de un pensamiento y de una necesidad o deseo ca-si invisible, de no ser por las múltiples manifestaciones que lo evidencian.
La función de elaborar conclusiones propias es la de desentrañar a estas múltiples manifestaciones en un lenguaje asequible al lugar, tiempo y gente que hoy nos toca vivir a todos, incluso a los que les es indiferente el reflexionar sobre las cosas cotidianas, ellos también forman parte de la cultura y contribuyen a la expresión del pensamiento por oposición.
Lejos de nosotros está encasillar a "El Espejo" en sector alguno, de ocurrir así, creemos moriría, pues lo consideramos como un instrumento orgánico, capaz de mutar para cumplir con su objetivo sin perderlo ni perderse, y por lo mismo, ¿cómo podría sino identificar al Hombre, ese ser íntegro e incógnito que buscamos conocer?
Animémonos, escribamos aunque nunca lo hayamos hecho, aunque nos de vergüenza (escribamos con seudónimo!) no perdamos esta oportunidad de comunicarnos y mostrar nuestra opinión y vivencia, nuestra felicidad o dolor, ¿no es capaz de recibir aquel que puede dar?
Y desde ya GRACIAS infinitamente a lectores y participantes, a los no lectores e indiferentes, a padres, madres, novios/as, hermanos, abuelos y amigos, pues estamos viviendo la alegría de servir.
HASTA EL PRÓXIMO NÚMERO!
Febrero, 1993.
DIRECCIÓN:
Asociación San Gerónimo
DIAGRAMACIÓN:
Marcelo Carpe
REDACCIÓN:
Laura López,
Diana Steckler (a cargo del taller literario)
ADMINISTRACIÓN GENERAL:
Norma Malisani
* L a Asociación San Gerónimo, de la ciudad de Santa Fe, no participa de ideologías políticas o religiosas, ni hace discriminaciones de tipo alguno.
* Esperamos sugerencias, opiniones y/o aportes de todo aquél que quiera comunicarse, exponer, y vivir su experiencia a través de nuestras páginas.
* "EL ESPEJO" se reserva los derechos de seleccionar y publicar los trabajos que recibiere, sin obligación de devolución de los mismos, los cuales pasan a ser antecedentes de trabajos en los talleres de debate o seminarios que se hicieren, respetando su autoría.
En este número:
- Entrevista a Ana María Paris,
- Trabajos realizados por el taller literario de la asociación, "El rol de la mujer"
- Difusión de carreras,
- poesías,
EL HOMBRE Y LA MUJER
El hombre es la más elevada de las criaturas.
La mujer es la más sublime de los ideales.
Dios hizo para el hombre un trono. Para la mujer un altar. El trono exalta, el altar santifica.
El hombre es el cerebro, la mujer el corazón.
El cerebro fabrica la luz. El corazón produce el amor. La luz fecunda, el amor resucita.
El hombre es genio, la mujer es ángel: el genio es inmensurable, el ángel es indefinible. Se contempla lo infinito, se admira lo inefable.
El hombre tiene supremacía, la mujer preferencia. La supremacía significa fuerza, la preferencia representa el derecho.
El hombre es fuerte por la razón, la mujer es invencible por las lágrimas. La razón convence, las lágrimas conmueven.
El hombre es un código, la mujer un evangelio. El código corrige, el evangelio perfecciona.
El hombre piensa, la mujer sueña. Pensar es tener en el cráneo una larva, soñar es tener en la frente una aureola.
El hombre es océano, la mujer es lago. El océano tiene la perla que adorna, el lago, tiene la poesía que deslumbra.
El hombre es el cóndor que vuela; la mujer, la calandria que canta.
Volar es dominar el espacio, cantar es conquistar el alma.
El hombre tiene un panal: la conciencia.
La mujer, una estrella: la esperanza.
El panal guía, la esperanza salva.
El fin: el hombre está colocado donde termina la tierra y la mujer donde comienza el cielo...
VÍCTOR HUGO ARÉVALO JORDÁN
lunes, 13 de octubre de 2008
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